domingo, septiembre 16, 2012

Fiesta de la Tirana




Revisando el diario en las noticias de actualidad nacional me vi en donde se menciona que el próximo mes, exactamente el 16 de Julio, se celebra la mal llamada “fiesta” más grande del norte de Chile, y no es otra que la muy conocida –Fiesta de La Tirana, una celebración de carácter religioso, que se celebra todos los años en la región de Tarapacá, en honor a la Virgen del Carmen.

El tema de esta entrada va a tratar la inmensa diversidad de entidades que existen y su gran status en las fiestas paganas que hay por el mundo.

Las comunidades indígenas están llenas de tradiciones durante el año, en el norte de Chile el pueblo Lickanantai o Atacameño, los quechuas y aymaras durante el año tiene alrededor de 30 fiestas, celebraciones o conmemoraciones ya sean estas religiosas o tradicionales, destacándose las fiesta de Candelaria, el Carnaval, San Antonio de Padua, San Santiago, la Virgen de la Guadalupe, los Floreamientos y las Limpia de Canales, pero si hablando de la zona norte nos referimos, sin duda la fiesta de mayor conocimiento público y revuelo colectivo en la zona es la fiesta de la Tirana.

La Tirana, Fe que florece en el desierto… Si bien yo no puedo juzgar las creencias de nadie, y menos la fe de un pueblo que es un tesoro que asegura la riqueza social, pública y privada de cuantos la comparten. Ajena al desgaste del tiempo, ella establece un vínculo que reconforta lo profundo del corazón, se prolonga entre personas, grupos y generaciones, va labrando una forma de íntima concordancia y, a su vez, generando una fisonomía moral compartida. El norte de Chile da testimonio de esta realidad a través de la fiesta de la Tirana, pero, ¿Cuántos de quienes participan en estas fiestas saben los verdaderos orígenes o consecuencias que ello trae celebrarlas?


Llenas de ritmo y máscaras, la danza es acompañada por diversos instrumentos como trompetas y pitos. Los participantes se visten con trajes de llamativos colores. Estos bailes provienen de ritmos ancestrales de las ceremonias Incas con señas de otras culturas andinas y son una forma de adoración a los antiguos (Que ellos llamaban dioses) demonios, y lo hacen con el fin de que estos no los ataquen, todo con origen en los milenarios pueblos indígenas.


Desde la era Incaica, el pueblo prehispánico ya conocía la existencia de estos seres y les rendían culto a través de sus rituales que incluían sacrificio de animales y humanos entre muchas otras prácticas ocultas. De esos rituales a la mediana actualidad no hay mucha diferencia porque en las memorias de las investigaciones del prestigiado ufólogo de Calama, Jaime Ferrer, se encuentran una serie de entrevistas a los antiguos habitantes del Loa (1910-1930 aproximadamente) donde estos manifiestan que al igual que sus antepasados ellos también los conocían perfectamente como Achaches, Umpillay, Quilpana, Choleles y que los veían descender de los cerros y atacar los animales en donde además de considerarlos dioses porque los veían flotando en el aire también colocaban en jaulas a sus animales para que estos seres los atacaran, y después faenaban la carne y la consumían creyendo que era carne de dioses. Estos seres sobrenaturales surgen del ocultismo y el esoterismo. Este tipo de rituales abre puertas para que estas entidades entren al mundo físico. Los sangrientos rituales que realizaban ejercen un poder muy especial dentro del mundo espiritual. Todas estas entidades no tienen problemas de tiempo como nosotros, estos se mantienen en la zona por miles de años, solo basta una leve invocación para que estos se manifiesten, y eso es justamente lo que buscan tras todas esas profanaciones de cultos que realizan. La mayoría no tiene idea de lo que está realizando, pero de que tiene consecuencias graves, las tiene. El costo que significa involucrarse en este tipo de prácticas por mínimo que sea, es fatal, de hecho, no es casualidad ni coincidencia que justo en el mismo tiempo cuando comenzaron las muertes de animales en la zona, año 2000, también se disparó la tasa de suicidios, todo está vinculado. Hay que saber que la presencia de estos seres es proporcional al nivel de ocultismo en la zona y las personas que lo hacen, por ende, es de imaginarse la cantidad de fenómenos que se puede notar en el Norte de Chile y más aún cuando ¿Quién creería que existen templos subterráneos donde se rinde culto a los muertos en Calama?